martes, 13 de diciembre de 2011

En una playa de caracoles crujientes


En una playa de caracoles crujientes
donde las gaviotas vuelan
en alas abiertas de perlas
y un bote de madera
con su vela de gasa
llega hasta el muelle de maderas de roble
bajo el viento que sopla del sur
en un otoño de tormenta

En esa playa de caracoles crujientes
camina un hombre
vestido de camisa y pantalón
mientras a sus ojos
llegan piedras de esmeraldas como si fuera una estatua
en una plaza de arboles y de monumentos
pero no lo es
apenas es un hombre que camina
que no busca llegar si no que cree en su fe

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